Jairo A. Tell
La raíz de muchas fallas en la juventud de hoy, se detecta en el debilitamiento cada vez mas profundo de la voluntad. Este aspecto ha sido muy descuidado en la formación de las nuevas generaciones. Nuestra “sociedad del bienestar”, como se le ha dado en llamar, tanto en la concepción de la vida que predica, como en los modos de conducta que practica, influye determinantemente en la configuración de personalidades débiles.
Una sociedad cuya máxima filosofía es el eliminar toda incomodidad en el orden material y toda inhibición en el plano del comportamiento, no puede engendrar personalidades con voluntad fuerte, sino todo lo contrario. La voluntad se ejerce y se desarrolla, cuando hay que exigirse a si mismo ante las dificultades y la dureza de la vida, pero queda atrofiada cuando todo son comodidades. No puede esperarse mucha altura moral de quienes se rigen por la “ley del mínimo esfuerzo”, tan propia de la sociedad del bienestar en la que estamos instalados.
La conformación más clara de que se rehuye, a ejercer la voluntad, la tenemos en la pedagogía moderna. Pues, si analizamos los programas de educación, encontraremos una cantidad inmensa de objetivos y propósitos, técnicas y estrategias para el proceso enseñanza- aprendizaje, pero apenas se hace referencia a la formación férrea de la voluntad. Palabras tan elementales como:” disciplina, virtud, o deber.”Parecen haber desaparecido del vocabulario pedagógico moderno; quizás sea por ello que términos como:”estimulo, motivación, realización” y otros por el estilo. Algunas corrientes pedagógicas pretenden basarse en el sentimiento y en las tendencias espontáneas, mas no en la superación hacia los ideales del espíritu, que dan fuerza a la formación valoral. La educación por lo tanto se basa en otras cuestiones y no en la formación de la autonomía y en el ejercicio libre y responsable de la voluntad.
El comportamiento blando al que la sociedad del bienestar nos ha habituado viene fortalecido y fundamentado por modernos “formadores” que pretenden desarrollar habilidades y no formar voluntades. Grave error, por que no se tiene en cuenta lo que es el hombre real; esta muy discutible pedagogía considera a la persona como un puro mecanismo de tendencias, olvidando que es un ser de voluntad libre y responsable.
En esta medida, una visión integral para la formación de la personalidad humana reclama, que la educación se adquiera en todos los aspectos de la misma, desde lo más elemental de su condición como humano. Pues el hombre también es cuerpo y se complementa con los sentimientos, las emociones y las pasiones. Su condición racional, le permite destacar dos facultades “la inteligencia y la voluntad”, si no se consideran estas dimensiones la educación estaría intentando con medios insuficientes dar solución a la problemática educativa y por lo tanto seria incompleta.
El hombre solo se hace en la lucha diaria, a diferencia del animal que actúa instintivamente. El ser humano puede decir no a sus impulsos egoístas. Como es sabido, vivimos hoy en la cultura de la imagen cuyo fin no es la reflexión y el discernimiento, sino suscitar reacciones más o menos instintivas. El hecho de que la imagen televisiva, haya sustituido en buena parte a los libros tiene consecuencias importantes en el desarrollo de la personalidad. Y no quiere decir que sea del todo malo, se debe procurar equilibrar lo nuevo y lo que le antecedió para poder formar un verdadero juicio critico basado en la inteligencia emocional.
Sobre la modernización de los centros escolares, parten de una premisa falsa; las autoridades creen que en las diferentes regiones de nuestro país, la escuela es una institución arraigada, que ha sido apropiada por la comunidad, por ello sólo se proponen mejorar las condiciones de aprendizaje de los alumnos con una mejor infraestructura. La realidad es que la escuela sigue estando ausente de muchas comunidades indígenas y muchos niños siguen aprendiendo sus primeras letras en los surcos o pastoreando sus chivos. Para los padres de familia, que se encuentran en los índices más bajos de desarrollo humano, la escuela no aparece en su horizonte de vida como un bien que genere desarrollo, por el contrario, es una carga onerosa que no ofrece ningún mejoramiento en la calidad de vida. La escuela llegó para blanquear culturalmente a los pueblos, para remarcar el estigma de la pobreza cultural y ahondar la brecha de la desigualdad.
En esta Alianza Lo que más importa es que llegue la tecnología a través de alguna computadora, sin tomar en cuenta que el servicio de energía eléctrica en La Montaña es caro y deficiente. Es muy común que en la temporada de lluvias, después de las cuatro de la tarde, las comunidades indígenas se queden en las tinieblas, porque las malas instalaciones realizadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), no ofrece ninguna garantía para que este servicio sea permanente y de calidad. Cierro diciendo, que no hemos de extrañarnos, de que los ideales de superación hayan sido sustituidos por los deseos de cosas, por el afán incontrolable de experimentar todo lo placentero. Ya no es el principio de la superación, sino el principio de la no frustración, el que pretende regir la conducta. Sostengo que solo hay trabajo activo y emprendedor ahí donde impera la voluntad firme y enérgica, donde existe espíritu de superación ante las dificultades.
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falta 2° producto lo espero con agrado, tienes mucho que compartir....GRACIAS..
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